#Nota
¿Que
sucede cuando el hermano mayor adopta el rol de padre? ¿Es conveniente?
Para poder adentrarnos en el tema es necesario
destacar cual es el vínculo real que une a los hermanos. En un principio
podemos decir que son, en muchos casos, los primeros agentes de socialización, con
ellos se ponen en juego diferentes emociones, tanto positivas (complicidad,
amor, fraternidad, cercanía) como negativas (celos, competencias, rivalidades…)
Este vínculo comienza a favorecer el desarrollo
social y de alguna manera al tener tanta incidencia sobre nuestras vidas podrá
ser un factor determinante en la búsqueda de identidad, es importante tener en
cuenta la posición que cada uno ocupa y la interacción que se desarrolla entre
ellos.
Otros datos no menores son el sexo, las diferencias
de edades, cuestiones de personalidad y la relación con los padres u otros
familiares cercanos. El tema del orden de nacimiento suele ser fundamental en
la formación de la personalidad de los chicos.
Dentro de cada familia hay roles que se distribuyen
entre sus integrantes y cada uno de esos miembros desarrolla una función
específica lo cual ayuda a mantener una organización y un orden.
En el núcleo familiar podemos decir que los hijos
mayores cargan consigo una gran
responsabilidad, fueron el centro de atención de sus padres y en muchas
ocasiones de la familia, las miradas y atenciones brindadas hacia su persona
han sido únicas con lo cual con la llegada de un hermano esta situación se
encontrará absolutamente modificada.
A raíz de lo antes mencionado podemos decir que los
mayores, en líneas generales, desarrollan un gran sentido de la responsabilidad
y se comienzan a delegar en él, ciertas cuestiones vinculadas al liderazgo con
respecto a los menores.
Estas situaciones son bastante frecuentes y hasta
quizás inconscientes ya que suelen transmitirse de generación en generación
casi sin ningún tipo de cuestionamiento previo, en muchas ocasiones hemos
escuchado decir: “cuida a tu hermanito” “no lo dejes solo” “tu hermano no puede,
acompañalo”…Estas son algunas frases simples, pero aún así van dejando huella
en los chicos, sin lugar a duda existen otras que los responsabiliza directamente
del cuidado de los menores frente a la ausencia de sus padres.
Ser el primogénito implica todo un desafío, no es un
lugar fácil de ocupar ya que se encuentran atravesados directamente por los
“mandatos de sus padres” y a su vez vinculados a sus hermanos con quienes
deberán compartir situaciones de “pares”, de mayor equidad.
Debido a esta situación muchas veces los más grandes
comienzan paulatinamente a ocupar un lugar o mejor dicho un rol que no les
corresponde.
Ahora bien, para abrir esta gran pregunta (¿Hermano
o Padre?) debemos realizar una aclaración previa ya que pueden ser diferentes
los motivos que conducen a los niños a desarrollar ese rol.
¿Que lo
induce a hacerlo?
En estos tiempos modernos en los que estamos
inmersos y vivimos, los adultos nos encontramos rodeados de tareas y
obligaciones consumiendo así gran parte de nuestro tiempo. Nos vemos atrapados
en un sistema donde pareciera ser normal delegar determinadas tareas de
responsabilidad adulta a los chicos.
En otros casos, encontramos ausencias de los mayores debido a la separación o
abandono de los padres, por último una franja queda sujeta a esta adversidad
debido a la muerte de alguno de ellos.
Cualquiera sea el motivo, la pregunta es ¿Son
capaces de asumir ese rol? ¿Un niño puede dejar de ser niño para sostener dicha
responsabilidad?
Partiendo de la premisa que los chicos deben y
tienen que jugar, es verdaderamente una
carga de enorme envergadura responsabilizar a un menor de otro menor, cuando un
chico debe cuidar sistemáticamente a su/s hermanos haciéndose cargo de tareas
de adultos que no le competen, está dejando de
lado su propia infancia y esto no es poca cosa. De alguna manera
estaremos garantizando el bienestar de unos en detrimento de otros a quienes
les estaremos limitando su estimulación para que logren desarrollarse
intelectual, física y emocionalmente.
Por otro lado dependiendo de la edad del hermano que
quede a cargo de otros se pondrán en juego situaciones de menor a mayor riesgo
ya que en muchas ocasiones son tan pequeños quienes asumen la responsabilidad
que no logran tener los recaudos necesarios en función a cuidados básicos y/o
nociones de peligros llegando así a formar parte de diversos accidentes
domésticos.
Ser el hermano mayor conlleva algunas desventajas en función al rol que se
ejerce en la crianza de los hermanos. En principio cargar con la culpa de tener
que hacerlo, por otro lado asumir las consecuencias de los errores o actos
ajenos, además, en general deberán ceder a su propio deseo frente a los menores
para evitar llantos o peleas de algún tipo aunque también al reto de los
propios padres.
Todo lo antes mencionado genera un gran nivel de
estrés con lo cual el chico que tenga dicha responsabilidad podrá manifestarse
mas sensible e irritable, descuidando a su vez sus propias responsabilidades
como podría ser asistir al colegio, realizar tareas, estudiar…y ni hablar de
sus momentos de conexión con el placer como jugar, descansar, compartir con
amigos…
¿Es conveniente que el mayor de los hermanos ocupe
ese rol?
Decididamente no lo es ya que como lo mencionamos
anteriormente el chico que se desenvuelve en estos términos esta perdiendo su
propia infancia, la posibilidad de jugar, de rodearse de pares, amigos y por
sobre todo de vincularse con sus propios hermanos desde un mismo lugar “hijos”,
con todo lo que eso implica.
Son los adultos, o al menos deberían serlo, capaces
de generar un marco de cuidado y contención para los menores.
Los adultos tendrán que poner especial atención y
cuidado para lograr mantener un equilibrio. Es importante pedirles ayuda y
colaboración para consolidar el vínculo entre hermanos, generar niveles de
independencia, seguridad, confianza y reafianzar así su autoestima pero debemos
ser cuidadosos y equitativos con todos nuestros hijos.
Para ello
debemos tener en cuenta:
Que los hermanos puedan cuidarse entre sí indistintamente,
sin delegar responsabilidad en alguno de ellos.
Respetar los gustos, deseos e individualidad de cada
uno, teniendo en cuenta sus particularidades para que logren sentirse seguros,
cada uno con sus virtudes y cualidades, esto hará posible que puedan
enfrentarse al mundo y a las adversidades.
Repartir los tiempos con los chicos, que el menor no
sea depositario de toda la atención, reivindicar el lugar del mayor para evitar rivalidades,
escucharlo y demostrarle que es entendido en sus sentimientos y emociones. Lo
ideal sería que no se sienta sustituido por eso es importante, al menos en un
primer momento, establecer un vínculo especial y de empatía con ellos, esta será
una gran inversión a futuro para la relación posterior entre hermanos.
Es importante tener en cuenta que aquellos chicos
que no tienen una figura paterna o materna dentro del hogar logren encontrarla en otro adulto referente
como por ejemplo: abuelos, tíos, etc…esto los corre del rol que no les compete
aliviándolos y conteniéndolos.
Ser padres no es una tarea fácil, pero vale la
pena!!!
Intentemos recorrer junto a ellos ese hermoso camino
que los prepare para la vida.
Miriam Goldstein
Prof. Nivel Inicial
Agrupate