domingo, 24 de mayo de 2015

¿Hermano Mayor o Padre?

#Nota
¿Que sucede cuando el hermano mayor adopta el rol de padre? ¿Es conveniente?

Para poder adentrarnos en el tema es necesario destacar cual es el vínculo real que une a los hermanos. En un principio podemos decir que son, en muchos casos,  los primeros agentes de socialización, con ellos se ponen en juego diferentes emociones, tanto positivas (complicidad, amor, fraternidad, cercanía) como negativas (celos, competencias, rivalidades…)
Este vínculo comienza a favorecer el desarrollo social y de alguna manera al tener tanta incidencia sobre nuestras vidas podrá ser un factor determinante en la búsqueda de identidad, es importante tener en cuenta la posición que cada uno ocupa y la interacción que se desarrolla entre ellos.
Otros datos no menores son el sexo, las diferencias de edades, cuestiones de personalidad y la relación con los padres u otros familiares cercanos. El tema del orden de nacimiento suele ser fundamental en la formación de la personalidad de los chicos.
Dentro de cada familia hay roles que se distribuyen entre sus integrantes y cada uno de esos miembros desarrolla una función específica lo cual ayuda a mantener una organización y un orden.
En el núcleo familiar podemos decir que los hijos mayores  cargan consigo una gran responsabilidad, fueron el centro de atención de sus padres y en muchas ocasiones de la familia, las miradas y atenciones brindadas hacia su persona han sido únicas con lo cual con la llegada de un hermano esta situación se encontrará absolutamente modificada.
A raíz de lo antes mencionado podemos decir que los mayores, en líneas generales, desarrollan un gran sentido de la responsabilidad y se comienzan a delegar en él, ciertas cuestiones vinculadas al liderazgo con respecto a los menores.
Estas situaciones son bastante frecuentes y hasta quizás inconscientes ya que suelen transmitirse de generación en generación casi sin ningún tipo de cuestionamiento previo, en muchas ocasiones hemos escuchado decir: “cuida a tu hermanito” “no lo dejes solo” “tu hermano no puede, acompañalo”…Estas son algunas frases simples, pero aún así van dejando huella en los chicos, sin lugar a duda existen otras que los responsabiliza directamente del cuidado de los menores frente a la ausencia de sus padres.
Ser el primogénito implica todo un desafío, no es un lugar fácil de ocupar ya que se encuentran atravesados directamente por los “mandatos de sus padres” y a su vez vinculados a sus hermanos con quienes deberán compartir situaciones de “pares”, de mayor equidad.
Debido a esta situación muchas veces los más grandes comienzan paulatinamente a ocupar un lugar o mejor dicho un rol que no les corresponde.
Ahora bien, para abrir esta gran pregunta (¿Hermano o Padre?) debemos realizar una aclaración previa ya que pueden ser diferentes los motivos que conducen a los niños a desarrollar ese rol.

¿Que lo induce a hacerlo?
En estos tiempos modernos en los que estamos inmersos y vivimos, los adultos nos encontramos rodeados de tareas y obligaciones consumiendo así gran parte de nuestro tiempo. Nos vemos atrapados en un sistema donde pareciera ser normal delegar determinadas tareas de responsabilidad adulta a los chicos.
En otros casos, encontramos ausencias  de los mayores debido a la separación o abandono de los padres, por último una franja queda sujeta a esta adversidad debido a la muerte de alguno de ellos.
Cualquiera sea el motivo, la pregunta es ¿Son capaces de asumir ese rol? ¿Un niño puede dejar de ser niño para sostener dicha responsabilidad?
Partiendo de la premisa que los chicos deben y tienen que  jugar, es verdaderamente una carga de enorme envergadura responsabilizar a un menor de otro menor, cuando un chico debe cuidar sistemáticamente a su/s hermanos haciéndose cargo de tareas de adultos que no le competen, está dejando de  lado su propia infancia y esto no es poca cosa. De alguna manera estaremos garantizando el bienestar de unos en detrimento de otros a quienes les estaremos limitando su estimulación para que logren desarrollarse intelectual, física y emocionalmente.
Por otro lado dependiendo de la edad del hermano que quede a cargo de otros se pondrán en juego situaciones de menor a mayor riesgo ya que en muchas ocasiones son tan pequeños quienes asumen la responsabilidad que no logran tener los recaudos necesarios en función a cuidados básicos y/o nociones de peligros llegando así a formar parte de diversos accidentes domésticos.
Ser el hermano mayor conlleva  algunas desventajas en función al rol que se ejerce en la crianza de los hermanos. En principio cargar con la culpa de tener que hacerlo, por otro lado asumir las consecuencias de los errores o actos ajenos, además, en general deberán ceder a su propio deseo frente a los menores para evitar llantos o peleas de algún tipo aunque también al reto de los propios padres.
Todo lo antes mencionado genera un gran nivel de estrés con lo cual el chico que tenga dicha responsabilidad podrá manifestarse mas sensible e irritable, descuidando a su vez sus propias responsabilidades como podría ser asistir al colegio, realizar tareas, estudiar…y ni hablar de sus momentos de conexión con el placer como jugar, descansar, compartir con amigos…
¿Es conveniente que el mayor de los hermanos ocupe ese rol?
Decididamente no lo es ya que como lo mencionamos anteriormente el chico que se desenvuelve en estos términos esta perdiendo su propia infancia, la posibilidad de jugar, de rodearse de pares, amigos y por sobre todo de vincularse con sus propios hermanos desde un mismo lugar “hijos”, con todo lo que eso implica.
Son los adultos, o al menos deberían serlo, capaces de generar un marco de cuidado y contención para los menores.
Los adultos tendrán que poner especial atención y cuidado para lograr mantener un equilibrio. Es importante pedirles ayuda y colaboración para consolidar el vínculo entre hermanos, generar niveles de independencia, seguridad, confianza y reafianzar así su autoestima pero debemos ser cuidadosos y equitativos con todos nuestros hijos.

Para ello debemos tener en cuenta:
Que los hermanos puedan cuidarse entre sí indistintamente, sin delegar responsabilidad en alguno de ellos.
Respetar los gustos, deseos e individualidad de cada uno, teniendo en cuenta sus particularidades para que logren sentirse seguros, cada uno con sus virtudes y cualidades, esto hará posible que puedan enfrentarse al mundo y a las adversidades.
Repartir los tiempos con los chicos, que el menor no sea depositario de toda la atención, reivindicar  el lugar del mayor para evitar rivalidades, escucharlo y demostrarle que es entendido en sus sentimientos y emociones. Lo ideal sería que no se sienta sustituido por eso es importante, al menos en un primer momento, establecer un vínculo especial y de empatía con ellos, esta será una gran inversión a futuro para la relación posterior entre hermanos.
Es importante tener en cuenta que aquellos chicos que no tienen una figura paterna o materna dentro del hogar  logren encontrarla en otro adulto referente como por ejemplo: abuelos, tíos, etc…esto los corre del rol que no les compete aliviándolos y conteniéndolos.
Ser padres no es una tarea fácil, pero vale la pena!!!
Intentemos recorrer junto a ellos ese hermoso camino que los prepare para la vida.
Miriam Goldstein
Prof. Nivel Inicial
Agrupate




No hay comentarios:

Publicar un comentario