Se acerca el Verano...
Debemos tener en cuenta como dato no menor este detalle!
Fuente: Salud para Bebes
Esta infección, afecta la salud de los más
pequeños cuando pasan mucho tiempo en el agua o no se secan bien los oídos,
entre sus síntomas al dolor, la hinchazón y la producción de pus. Este cuadro
no suele acompañarse de fiebre.
La otitis de pileta u otitis del nadador es una de las
infecciones mas habituales en los niños, y es causada por muchos tipos
diferentes de bacterias y hongos.
Se ubica en el conducto auditivo externo, que es el tubo que
lleva el sonido desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano, y por
lo general salvo en el 10% de los casos suele ser unilateral.
Se desarrolla en verano cuando los chicos pasan más tiempo
en la pileta o en muchas ocasiones no se secan los oídos como deberían.
Lo que ocurre en la otitis de pileta es que la humedad del
oído que se produce al estar mucho tiempo en el agua hace que la piel que
recubre el interior del conducto auditivo se irrite y lastime. Es ahí cuando
las bacterias y los hongos proliferan.
El síntoma más importante que acompaña este cuadro que no
suele dar fiebre es el dolor externo del oído, que puede estar precedido de
picazón y que llega a ser muy intenso, especialmente cuando se toca o se mueve
el lóbulo o cualquier otra parte del pabellón auditivo externo.
Por otro lado los niños suelen referir que tienen el oído
con agua, sensación que se relaciona con la aparición de un líquido que al
principio suele ser transparente, para luego adoptar un aspecto turbio y un
color amarillento.
Por el pus, las impurezas y la inflamación puede ser que el
paso normal del sonido se vea bloqueado, con lo cual la audición puede
disminuir temporalmente.
¿Cuáles son los cuidados que ayudan a evitar esta otitis?.
Después del baño secarse las orejas con suavidad utilizando
una toalla.
También después del baño o de haber nadado en una pileta hay
que facilitar la salida de agua inclinando la cabeza hacia ambos costados.
No utilizar hisopos de algodón.
No dejar que los niños se higienicen o sequen los oídos
solos.
Utilizar tapones de silicona para sumergirse en las piletas.
Utilizar un gorro de baño.
Evitar la limpieza enérgica del conducto auditivo externo.
No introducir nada en el canal auditivo.
Es necesario, para secar los oídos, utilizar un secador en
su frecuencia más baja y lejos del cuerpo para no producir quemaduras.
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