lunes, 16 de noviembre de 2015

Otitis...Prevención

Se acerca el Verano...
Debemos tener en cuenta como dato no menor este detalle!
Fuente: Salud para Bebes

Esta infección, afecta la salud de los más pequeños cuando pasan mucho tiempo en el agua o no se secan bien los oídos, entre sus síntomas al dolor, la hinchazón y la producción de pus. Este cuadro no suele acompañarse de fiebre.
La otitis de pileta u otitis del nadador es una de las infecciones mas habituales en los niños, y es causada por muchos tipos diferentes de bacterias y hongos.

Se ubica en el conducto auditivo externo, que es el tubo que lleva el sonido desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano, y por lo general salvo en el 10% de los casos suele ser unilateral.
Se desarrolla en verano cuando los chicos pasan más tiempo en la pileta o en muchas ocasiones no se secan los oídos como deberían.
Lo que ocurre en la otitis de pileta es que la humedad del oído que se produce al estar mucho tiempo en el agua hace que la piel que recubre el interior del conducto auditivo se irrite y lastime. Es ahí cuando las bacterias y los hongos proliferan.
El síntoma más importante que acompaña este cuadro que no suele dar fiebre es el dolor externo del oído, que puede estar precedido de picazón y que llega a ser muy intenso, especialmente cuando se toca o se mueve el lóbulo o cualquier otra parte del pabellón auditivo externo.
Por otro lado los niños suelen referir que tienen el oído con agua, sensación que se relaciona con la aparición de un líquido que al principio suele ser transparente, para luego adoptar un aspecto turbio y un color amarillento.
Por el pus, las impurezas y la inflamación puede ser que el paso normal del sonido se vea bloqueado, con lo cual la audición puede disminuir temporalmente.
¿Cuáles son los cuidados que ayudan a evitar esta otitis?.
Después del baño secarse las orejas con suavidad utilizando una toalla.
También después del baño o de haber nadado en una pileta hay que facilitar la salida de agua inclinando la cabeza hacia ambos costados.
No utilizar hisopos de algodón.
No dejar que los niños se higienicen o sequen los oídos solos.
Utilizar tapones de silicona para sumergirse en las piletas.
Utilizar un gorro de baño.
Evitar la limpieza enérgica del conducto auditivo externo.
No introducir nada en el canal auditivo.
Es necesario, para secar los oídos, utilizar un secador en su frecuencia más baja y lejos del cuerpo para no producir quemaduras.



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