Nota...
Importancia de las mismas para acompañar y
comprender a nuestros hijos
Tener
en cuenta las cuestiones evolutivas es de gran utilidad para poder estimularlos
en las diferentes áreas y además nos ayuda a comprender que los chicos pasan
por etapas donde muchas veces algunas conductas se potencian, modifican o se
ponen de manifiesto de diferente forma.
Saber
sobre el tema nos resultará más fácil para entenderlos y/o acompañarlos en su
crecimiento
El niño de 3 años…
A esta
edad los chicos se muestran tremendamente curiosos, tienen un lenguaje mucho
mas rico que a los 2 años y esto les brinda mayores posibilidades de vincularse
con otros a través de la palabra.
Su
pronunciación puede distorsionarse no solo por su dicción sino también por la
dificultad que se le plantee con palabras difíciles pero aún así intentan
repetirlas. Incorporan conectores que suelen repetir en muchas ocasiones para
unir palabras (ej: y, y, y ), de esa forma no cortan su discurso ya que
disfrutan muchísimo hablando, es por eso que aparecen los llamados “monólogos
colectivos”. Estos son relatos extensos
donde enganchan un tema con otros sin dejar de hablar ya que el placer está
puesto en ello y en ser escuchados más que en escuchar, es habitual observar a
chicos de 3 años hablando al mismo tiempo, hay un regodeo por la palabra, donde
además mezclan la realidad con la fantasía.
Por
otro lado entienden más de lo que pueden expresar, se divierten con lo disparatado
y lo absurdo ya que son capaces de
comprender. Cambian los tiempos verbales y alteran las nociones de tiempo.
Aparecen
los “por que”.
Se
muestran mucho más autónomos e independientes, disfrutan haciendo las cosas por
sus propios medios (vestirse, ir al baño, lavarse las manos…) pero todavía
necesitan la ayuda del adulto, muchas veces esto les genera contradicciones ya
que se sienten grandes para algunas cosas y chiquitos para otras.
Es
importante tener en cuenta en función a lo que acabamos de mencionar que
debemos intentar facilitarles ese nivel de independencia en la medida de lo
posible, esto es por ejemplo que si desean ir al baño solos tratar de ponerle
ropa adecuada para que lo logren, evitando cierres, cinturones u otros que
pueden obstaculizar ese momento debido a que aún no tienen adquirida la
motricidad para ello y se les dificulta.
Aparece
la necesidad de distinguirse del adulto, es por ello que suelen cuestionar
todo, se los puede observar con mayores berrinches y caprichos como así también
desafiando los límites, por eso los mismos deben ser claros y concretos para
que logren sentirse contenidos y a su vez también puedan ampliar sus niveles de
tolerancia a la frustración.
Con
este nivel de independencia que describimos viene aparejado el disfrute de
realizar diferentes “encargos, tareas o mandados”, por eso que les gusta
colaborar con cuestiones tales como poner la mesa, llevar una bolsa si salieron
de compras, etc…
Están
atravesando una etapa egocéntrica donde todo lo ven desde su propio punto de
vista y les resulta imposible ponerse en el lugar del otro, esto en ocasiones
trae aparejado conflicto entre pares ya que quieren satisfacer su propio deseo
y les cuesta ceder frente al deseo del otro. En estos momentos aún es necesaria
la intervención del adulto para mediar en el problema y llegar a una solución
evitando además, situaciones corporales ya que si bien tienen mayores
posibilidades de emplear la palabra todavía puede ocurrir que intenten accionar
corporalmente. Esto último aún es una manera de relacionarse y/o comunicarse
con los otros que va cediendo en la medida que avance su desarrollo.
También
pueden aparecer “los rituales”, realizar algo de la misma manera o forma, por
ejemplo al despedirse de su mamá: ir hasta la puerta, abrirla y decirle
chau…siempre de igual modo. Esto les genera disfrute y seguridad, en la medida
que van creciendo suelen dejarlo de lado.
Con
respecto a la motricidad, se muestran mucho más seguros con el uso de su propio
cuerpo, mejora su equilibrio, saltan con los 2 pies y desde pequeñas
alturas, desarrollan juegos con mayores dificultades, lo mismo ocurre con su
motricidad fina.
Se
observa un mayor nivel de socialización,
son capaces de reconocer a otros, de preguntar por una persona en particular y
esto se ve reflejado en el juego ya que pueden compartir mas que a los 2 años
en función a espacios y elementos. Si bien su juego continúa siendo paralelo
(comparte espacios y objetos sin necesitar interactuar con el otro) comienzan a
incluir a sus pares en algunos momentos, esto hace que haya mas puntos de
contacto entre ellos.
Se
desarrolla más fuertemente el juego simbólico (“hacer como si”, un objeto se
transforma en lo que deseen o necesiten para su juego), disfrutan dramatizando
situaciones de la vida cotidiana por ej: pasear, cocinar, bañar a un bebe…y
aparecen los roles (papas, mamas, bebes), estos son “no complementarios” ya que
por ej. puede haber muchas mamas para un mismo bebe.
Aún no
diferencian realidad de fantasía, su pensamiento es mágico: animismo (conciben
la cosas como vivas y con intenciones) ej: la luna nos sigue y artificialismo
(los fenómenos físicos son producto del hombre) ej: las montañas crecen porque
se plantaron piedras. Es por eso que las explicaciones a los fenómenos son
subjetivas como así también los títeres cobran vida, sus muñecos y otros.
Continúan
realizando garabatos pero los mismos ya
son controlados aunque por momentos se encuentran en una etapa de
transición donde a veces todavía aparece la descarga, dibujan muchos círculos,
hay esbozos de la figura humana y aparece una mayor intencionalidad en sus
producciones.
Con
respecto a los pañales, ya a esta edad controlan esfínteres.
Para
terminar podemos decir en función al aprendizaje que el mismo pasa por el
cuerpo y las cosas concretas con lo cual necesitan manipular los objetos para
apropiarse del objeto de conocimiento, aún no pueden accionar o reflexionar
sobre lo abstracto.
Con
todo esto ahora podemos incentivarlos, motivarlos y generar espacios
placenteros para compartir.
A
disfrutar!!!!
Miriam
Goldstein
Prof.
de Nivel Inicial
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